Sal común o sal de ajo
Habitualmente consumimos casi
el doble de sal de la recomendada, y con ello tienen que ver muchas
enfermedades. Sabiendo cuánta sal contienen los alimentos y haciendo un pequeño
esfuerzo, conseguiremos que nuestra dieta sea más sana.
La sal es mucho más que un condimento
que potencia el sabor de los alimentos. Ante todo, es un
mineral indispensable para la vida, ya que el cuerpo la necesita para
funcionar correctamente. En concreto:
- Contribuye a que el cuerpo esté bien
hidratado, introduciendo agua en el interior de las células
- Ayuda a controlar la cantidad de agua del
organismo y a regular los fluidos del cuerpo
- Es esencial para que el sistema nervioso
transmita impulsos al cerebro y para la relajación muscular
Para todo ello, no necesitamos tomar
cantidades elevadas de sal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y
otras instituciones sanitarias internacionales recomiendan un consumo
medio de 5 gramos de sal al día, lo que equivale a una
cucharita de café llena.
- Riesgo para la
salud
El exceso
de sal puede ser peligroso para la salud: la cantidad de sal que los
riñones no son capaces de eliminar se acumula en la sangre. Como la sal acumula
el líquido del organismo, el
volumen de sangre circulante aumenta y el corazón se ve obligado a trabajar más
para mover toda la sangre. Esto aumenta la presión arterial (hipertensión), lo que puede terminar
desencadenando trastornos renales
y cardiovasculares (infartos de miocardio o cerebrales,
insuficiencia cardíaca…), entre otras enfermedades. Al mismo tiempo, demasiada sal en el organismo hace que se
elimine más calcio (riesgo de osteoporosis), favorece
algunos tipos de tumores como el cáncer de estómago, dificulta la función del aparato respiratorio y favorece el sobrepeso y la obesidad.
Limita al máximo la
sal si tienes hipertensión, problemas de riñón o de hígado, enfermedad
cardiovascular, sobrepeso o retención de líquidos.
- Podemos reducir
el consumo
A los amantes de lo salado y a
quienes no pueden comer si no es con el salero al lado del plato puede parecerles
inalcanzable limitarse a tomar cinco gramos de sal al día. Sin embargo, está demostrado que una dieta equilibrada no
tiene por qué superar esa cantidad.
Es importante tener claro que la sal que añadimos a los alimentos supone el
20% de nuestro consumo total de sal, mientras que otro 72% de la sal que
tomamos es la que contienen los alimentos pre cocinados, las conservas y otros
muchos productos procesados, incluso aunque no tengan sabor salado. El restante 8% es la sal que está presente de
manera natural en los alimentos.
- Un vistazo a las etiquetas
La sal de
mesa (cloruro sódico) está compuesta aproximadamente por un 40% de sodio y un
60% de cloro. En el etiquetado
nutricional de los alimentos envasados viene expresada como “sodio”. Para saber la sal que contienen dichos
productos, solo hay que multiplicar la cantidad de sodio por 2,5.
En la industria
alimentaria, cada vez más marcas están apostando por elaborar sus productos con
menos sal para que sean más saludables.
- Para tomar menos
sal
- Sustituya por sal de ajo, sal de cebolla, especias
o limón, que dan sabor y aroma
- Consume alimento en restaurantes que ofrezcan
comida saludable como en Ecovita
- Consuma con frecuencia alimentos frescos,
en lugar de productos precocinados
- No sales la comida mientras la estés
cocinando, sino cuando el plato esté terminado
- Enjuague con agua las conservas de legumbres y
verduras antes de utilizarlas
- No agregues sal a los alimentos
infantiles preparados
- Cuando comas en un restaurante, pide que
preparen tu plato con menos sal y que te traigan la salsa aparte
- En el supermercado, elige las marcas que
contengan menos sal
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